Si hay una pregunta que escucho con frecuencia en consulta es esta: “Doctor, ¿ya tengo la edad para un lifting facial?”. Y no es casualidad. Hoy, la ritidoplastia se ha convertido en uno de los procedimientos más solicitados dentro de la cirugía plástica facial, no solo por su capacidad para rejuvenecer, sino por su impacto en la armonía y la expresión del rostro.
Tradicionalmente, se ha pensado que el lifting facial es una cirugía reservada para ciertas edades. Sin embargo, desde mi experiencia como cirujano plástico, debo aclarar algo fundamental desde el inicio: no existe una edad única ni estándar para realizarse una ritidoplastia. Esta cirugía no se indica por el número de años cumplidos, sino por los cambios reales que se producen en la anatomía facial con el paso del tiempo.
Hoy entendemos el rejuvenecimiento facial desde un enfoque mucho más preciso y personalizado. La indicación de una ritidoplastia se basa principalmente en el estado de los tejidos, el grado de flacidez, el descenso de las estructuras faciales y la calidad de la piel, más que en la edad cronológica del paciente. Por eso, dos personas de la misma edad pueden requerir tratamientos completamente distintos.
La edad para la ritidoplastia: por qué no se define por el número de años
Uno de los conceptos que más me interesa aclarar es que la edad cronológica no es, ni debería ser, el criterio principal para indicar una ritidoplastia. En cirugía plástica facial, el calendario dice poco si no se analiza lo que realmente está ocurriendo en los tejidos del rostro. Por eso, cuando evalúo a un paciente, mi atención no está puesta en cuántos años tiene, sino en cómo ha envejecido su cara.
¿Por qué la edad cronológica no es decisiva?
Dos personas pueden tener la misma edad y mostrar rostros completamente distintos. Factores como la genética, la calidad de la piel, la estructura ósea, los hábitos de vida y los cambios propios del envejecimiento hacen que el rostro envejezca de manera diferente en cada paciente. Por esta razón, hablar de una edad exacta para un lifting facial puede resultar impreciso y, en muchos casos, engañoso.
La ritidoplastia se indica cuando existen cambios anatómicos que ya no responden de forma adecuada a tratamientos no quirúrgicos y que afectan la armonía facial. Es allí donde la cirugía se convierte en una herramienta efectiva y bien indicada.
Cambios anatómicos que evaluamos antes de indicar un lifting facial
Durante la valoración médica analizo de forma detallada una serie de cambios progresivos que suelen aparecer con el paso de los años:
Descenso de los tejidos blandos del rostro
Con el envejecimiento, los tejidos faciales tienden a descender por efecto de la gravedad. Esto se traduce en una pérdida de definición en las mejillas y en el contorno facial, generando un aspecto cansado o envejecido.
Flacidez en mejillas y contorno mandibular
La pérdida de firmeza en estas zonas es uno de los signos más frecuentes que llevan a considerar una ritidoplastia. Cuando la flacidez es estructural, la cirugía permite reposicionar los tejidos de forma más duradera y natural.
Pérdida de tono muscular facial
Los músculos del rostro también pierden tonicidad con el tiempo. Este cambio contribuye al descenso de los tejidos y a la alteración de la expresión facial, algo que no siempre es evidente a simple vista, pero sí determinante en la evaluación quirúrgica.
Cambios en la armonía y proporciones del rostro
Más allá de las arrugas, el envejecimiento modifica las proporciones faciales. El rostro pierde equilibrio, y es justamente allí donde un lifting facial bien planificado busca restaurar la armonía, no “estirar” la piel.
Envejecimiento visible vs. envejecimiento anatómico real
Un punto clave es diferenciar lo que el paciente ve en el espejo de lo que realmente está ocurriendo a nivel anatómico. Las arrugas o la flacidez visible no siempre reflejan la magnitud de los cambios internos. Por eso, el envejecimiento anatómico real solo puede evaluarse correctamente mediante una valoración médica experta.
La importancia de una evaluación individualizada
Cada rostro es único, y cada ritidoplastia debe planearse de manera personalizada. En consulta, analizo cuidadosamente la anatomía facial, la calidad de los tejidos y las expectativas del paciente. Este enfoque individualizado es lo que permite indicar el procedimiento correcto, en el momento adecuado y con objetivos realistas.
El mensaje es claro: dos pacientes de la misma edad pueden tener indicaciones completamente distintas para un lifting facial. Por eso, más que buscar una edad ideal, lo verdaderamente importante es una valoración médica precisa, honesta y bien fundamentada.
Ritidoplastia en pacientes jóvenes, adultos y mayores
Uno de los aspectos más interesantes de la ritidoplastia es que su indicación no es estática. A lo largo de los años he visto cómo este procedimiento ha evolucionado y cómo su enfoque cambia según la etapa de la vida del paciente. Hoy, el lifting facial no se limita a un solo perfil; por el contrario, se adapta a distintas necesidades anatómicas, estéticas y funcionales.
Tendencia actual: lifting facial en pacientes más jóvenes
En los últimos años se ha producido un cambio de paradigma a nivel mundial. Cada vez es más común indicar procedimientos de ritidoplastia en pacientes jóvenes, no únicamente como una cirugía de rejuvenecimiento, sino como una herramienta de embellecimiento y armonización facial.
En estos casos, el objetivo no es “revertir el envejecimiento”, sino mejorar rasgos específicos que afectan el equilibrio del rostro y que no han respondido adecuadamente a tratamientos no quirúrgicos.
Casos frecuentes en pacientes jóvenes
Entre los motivos más comunes que evalúo en consulta se encuentran:
- Mejillas pesadas o con volumen descendido que no mejoran con tratamientos mínimamente invasivos.
- Alteraciones en la armonía facial presentes desde edades tempranas, que generan un aspecto cansado o desproporcionado.
Procedimientos más localizados y precisos
En este grupo de pacientes, no siempre se requiere un lifting facial completo. Por el contrario, es frecuente indicar técnicas más focalizadas, como:
- Liftings temporales, orientados a mejorar la zona superior del rostro.
- Liftings verticales, que buscan reposicionar los tejidos respetando la anatomía natural.
El objetivo en estos casos es claro: mejorar rasgos específicos manteniendo naturalidad, sin cambiar la identidad del paciente ni generar resultados exagerados.
Pacientes entre los 40 y 65 años
Esta etapa suele coincidir con el momento en que los signos clásicos de envejecimiento facial se hacen más evidentes. Desde el punto de vista anatómico, es cuando con mayor frecuencia encontramos indicación para una ritidoplastia más completa.
En este grupo etario es común observar:
- Flacidez facial progresiva.
- Descenso de los tejidos blandos, especialmente en mejillas y contorno mandibular.
- Pérdida de definición en el óvalo facial.
Por estas razones, muchas veces se considera esta franja como una edad “ideal” para el lifting facial.
¿Existe un límite de edad para la ritidoplastia?
Esta es otra pregunta muy frecuente en consulta, y la respuesta es clara: no existe un límite máximo de edad para realizar un lifting facial.
El verdadero límite no lo marca la edad, sino:
- El estado de salud general del paciente.
- Una evaluación médica integral y responsable.
He tratado pacientes mayores, incluso alrededor de los 70 años, que presentan excelentes condiciones médicas y anatómicas. En estos casos, tras realizar un chequeo médico completo, exámenes prequirúrgicos y una valoración detallada, es posible considerar un procedimiento de este tipo con altos estándares de seguridad.
La clave está en una valoración personalizada, que permita determinar si el paciente es un buen candidato desde el punto de vista médico y quirúrgico. Cuando la indicación es correcta y el procedimiento está bien planificado, la ritidoplastia puede realizarse de forma segura, independientemente de la edad cronológica.
En cirugía plástica facial, cada paciente es distinto y cada decisión debe tomarse con criterio médico, experiencia y responsabilidad.
R itidoplastia con David Delgado: experiencia, criterio médico y seguridad
Como cirujano plástico, mi enfoque en la ritidoplastia se basa en la precisión, la ética y la personalización de cada tratamiento. Entiendo que cada rostro es distinto, y por eso ningún procedimiento debe plantearse únicamente en función de la edad, sino de las características anatómicas, el estado de los tejidos y las necesidades reales de cada paciente. Una correcta indicación quirúrgica es fundamental para evitar resultados exagerados o innecesarios; el objetivo no es transformar el rostro, sino restaurar su armonía de manera natural.
Por esta razón, cada valoración incluye un análisis detallado de la anatomía facial, la calidad de la piel, el tono muscular y el estado general de salud, lo que me permite seleccionar el tipo de lifting facial más adecuado en cada caso. A esto se suma una planificación quirúrgica responsable, altos estándares de seguridad y un acompañamiento médico integral antes, durante y después del procedimiento. Elegir experiencia y criterio médico no solo marca la diferencia en los resultados, sino también en la tranquilidad y confianza con la que el paciente vive todo el proceso.
Preguntas frecuentes sobre la edad y la ritidoplastia
¿Existe una edad ideal para realizarse una ritidoplastia?
No existe una edad ideal única para una ritidoplastia. La indicación de un lifting facial no se basa en el número de años, sino en los cambios anatómicos del rostro, como la flacidez, el descenso de los tejidos y la pérdida de definición facial. Por eso, la decisión debe tomarse a partir de una valoración médica individualizada.
¿A partir de qué edad se puede considerar un lifting facial?
El lifting facial puede considerarse cuando los cambios faciales comienzan a afectar la armonía del rostro y no responden adecuadamente a tratamientos no quirúrgicos. En algunos pacientes esto puede ocurrir antes de los 40 años, mientras que en otros aparece más adelante. Cada caso es diferente y debe evaluarse de forma personalizada.
¿Es posible realizar una ritidoplastia en pacientes jóvenes?
Sí, es posible. Actualmente, la ritidoplastia también se utiliza en pacientes jóvenes como una herramienta de embellecimiento y armonización facial. En estos casos, suelen indicarse procedimientos más localizados y precisos, orientados a mejorar rasgos específicos sin alterar la identidad del rostro.
¿Por qué dos personas de la misma edad pueden tener indicaciones distintas para un lifting facial?
Porque el envejecimiento facial no ocurre de la misma manera en todas las personas. Factores como la genética, la calidad de la piel, la estructura ósea y los hábitos de vida influyen directamente en cómo envejece el rostro. Por eso, dos pacientes con la misma edad cronológica pueden requerir tratamientos completamente distintos.
¿Qué cambios faciales indican que un lifting facial puede ser necesario?
Algunos de los cambios más frecuentes son la flacidez en mejillas y cuello, el descenso de los tejidos blandos, la pérdida de definición del contorno mandibular y la alteración de las proporciones faciales. Estos cambios, evaluados de forma integral, pueden indicar que una ritidoplastia es una opción adecuada.
¿La ritidoplastia solo trata arrugas y flacidez?
No. Aunque mejora la flacidez, el objetivo principal de la ritidoplastia es reposicionar los tejidos faciales para restaurar la armonía y las proporciones del rostro. No se trata de “estirar la piel”, sino de corregir los cambios estructurales que produce el envejecimiento.
¿Existe un límite máximo de edad para realizar un lifting facial?
No existe un límite máximo de edad. El factor determinante no es la edad, sino el estado de salud general del paciente. Pacientes mayores, incluso alrededor de los 70 años, pueden ser candidatos a una ritidoplastia si cuentan con buenas condiciones médicas y una evaluación prequirúrgica adecuada.
¿Qué tan importante es la evaluación médica antes de una ritidoplastia?
La evaluación médica es fundamental. En consulta se analiza la anatomía facial, la calidad de los tejidos, el estado de salud general y las expectativas del paciente. Esta valoración permite indicar el procedimiento correcto y planificar la cirugía de forma segura y responsable.
¿Todos los pacientes necesitan el mismo tipo de lifting facial?
No. Existen diferentes técnicas y variantes de lifting facial, y la elección depende de las necesidades específicas de cada paciente. Algunos requieren procedimientos más localizados, mientras que otros se benefician de un lifting más completo. La clave está en adaptar la técnica al rostro, no al revés.
¿Cómo saber si la ritidoplastia es el procedimiento adecuado para mí?
La única forma de saberlo con certeza es a través de una valoración médica con un cirujano plástico experto. Durante la consulta se evalúan los cambios faciales, se analizan las opciones de tratamiento y se define si la ritidoplastia es la mejor alternativa para lograr un resultado natural, seguro y acorde a tus expectativas.